EL CASTOR:
Película estadounidense lanzada en el año 2011 dirigida por Jodie Foster y protagonizada por Mel Gibson y Jodie Foster.
Walter Black, (Mel Gibson) es el director general de Jerry Co. una empresa de juguetes; es esposo y padre. Él tiene todo lo necesario para triunfar en la vida, pero, sucede que, está sumergido en una profunda Depresión que ha acabado por destruir todo lo que le rodea, en especial su trabajo y su familia (esposa y dos hijos). Walter está totalmente perdido en el mundo tras desaparecer su padre.
Hay que recordar que la depresión es un trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas.
El origen de la depresión en el caso de Walter es a causa de la muerte de su padre. Walter ha intentado cualquier tipo de tratamiento que le han sugerido para tratar su depresión, a pesar de ello no logra deshacerse de su problema por el hecho de que él como depresivo no toma consciencia del problema que tiene. En consecuencia la depresión desencadena ciertos problemas por la conducta desinteresada del paciente (Walter), en este caso que la empresa donde trabaje este en quiebra y la desintegración de su familia. Todo a su alrededor se ve perjudicado, y eso se debe además de su conducta desinteresada por todo, considera que ha cambiado él mismo y por ende el mundo, lo que crea un sentido de extrañeza. Precisamente lo que lo domina es la extrañeza, dejando a un lado sus sentimientos por las demás personas y consigo mismo. Como todo le parece extraño surge el fenómeno de la despersonalización, sin duda, lo lleva a un cambio de personalidad.
En el momento en que encuentra entre algunas cosas un peluche de castor que lo usaría como marioneta, lo ve como una opción o un medio para arreglar su situación. El hecho de que le de vida al castor no es el más relevante sino, el hecho de que le permite controlar su vida, considerando que es él mismo quien toma el curso de las cosas.
Sucede que Walter aún no está listo para volver a su realidad y para enfrentarse al mundo. Como persona con depresión no puede comunicarse o transmitir sus pensamientos de la mejor forma, para ello usa al castor como intermediario entre él y la realidad. Walter depende de ese títere, por lo tanto proyecta en el castor sus pensamientos y personalidad reprimida a consecuencia de la despersonalización, ahora actúa como dos personas como él mismo y como el castor. Ya no sólo se trata de una depresión sino también de un trastorno de personalidad que interfiere en la comprensión de su propia identidad, en su desempeño y en sus relaciones interpersonales.
Cuando se da el choque de personalidades, Walter hace insight (darse cuenta), de que el castor en su mano; el otro lado de su personalidad, no es la solución y decide desaparecerlo por completo, lo que implica que se llevaría una parte de sí mismo. Es ahí cuando las cosas para él mejoran.